Arturo y su amigo el volcán.

Hace mucho tiempo en una ciudad llamada Meridian nació un niño llamado Arturo.  

Arturo había traído suerte a la ciudad porque cuando estaba saliendo de la barriga de su madre el volcán que había en Meridian y que estaba a punto de entrar en erupción, oyó los lloros del niño y  decidió no hacerlo.

Pasaron algunos años. Arturo ya  tenía 9 años y era muy feliz con su familia.

Una mañana Arturo estaba en el parque con sus amigos y notó que la tierra empezaba a temblar.

Arturo veía que la gente empezaba a correr hacia sus casas y su madre lo recogió en el parque y se lo llevó a casa.

- Mamá, ¿Qué es ese ruido?

-¡Es el volcán que está a punto de estallar!

Arturo, que sabía la historia de su nacimiento y lo que había pasado con el volcán, decidió subir a la boca del volcán y hablar con él.

Su madre muy nerviosa no quería que subiese, pero al fin consiguió convencerla, así que esa misma tarde Arturo se dirigió a la boca del volcán.

La tierra no paraba de temblar y Arturo casi no tenía ni fuerzas, pero lo consiguió.

Cuando llegó a la boca del volcán Arturo le dijo:

-  ¿Qué estas haciendo amigo volcán?

-  ¿Yo?, estoy echando mi lava para que todo el mundo juegue conmigo.

Arturo ante la preocupación del volcán le dijo:

-Yo me meteré en tu lava para jugar contigo.

El volcán, tan contento, empujó a su amigo Arturo hasta su lava.Todo el pueblo de Meridian pensaba que Arturo había desaparecido, pero no,  solo se estaba revolcando en la lava de su amigo el volcán.

Cuando Arturo salió de la boca del volcán todo el pueblo se quedó asustado al ver que se encontraba perfectamente.

¿Y sabéis una cosa? El volcán no volvió nunca más a entrar en erupción porque tenía a Arturo para que jugase con él.