LA BRUJA DESESPERADA
Era así una vez una bruja desesperada. Los magos le decían:
- No te pongas nerviosa.
Pero ella daba voces y gritaba.
La gente estaba harta de comprar cristales, cada grito que pegaba era un cristal menos en el mundo.
Un día preparó una pócima y de repente ¡¡PUM!!, explotó la cueva, así que se compró otra cueva más nueva y más guapa.
Hasta ella alucinó y dijo:
- ¡Pero que chapuza es ésta, voy a explotar!
- Pero señora, es lo que hay en el siglo XIX (19).
- Pues yo he visto en mi bola de cristal que había algo mejor.
- Yo veo, yo veo, siempre eso, yo veo.
- ¿Qué pasa, que no me cree?
- Es lo que hay, no hay otra cosa -ja ja- dijo la bruja.
- ¡Estoy hasta aquí de que todo el mundo me tome por un bicho raro.
Ahora publico en internet mi historia.
- ¡Ah! pero... ¿internet existe?
- ¡No!... verás... si lo inventaste tú.
- Pues no me acuerdo.
Y gracias al capitán sin memoria y la bruja desesperada hoy en día existe internet.
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